Ser o no ser Charlie Hebdo

11/01/2015 - 12:00 am

Gente que quiero mucho, cuyo pensamiento estimo, a quien presto atención, colgó en su muro el texto “Yo no soy Charlie Hebdo“, muy razonable, lógico y hasta de acuerdo con muchas de las ideas que me acompañan a lo largo de mi vida.

Se trata de un escrito a cargo de David Brooks, columnista de The New York Times, publicado en la víspera y en español por El País.

“A los periodistas de Charlie Hebdo se los aclama ahora justamente como mártires de la libertad de expresión, pero seamos francos: si hubiesen intentado publicar su periódico satírico en cualquier campus universitario estadounidense durante las dos últimas décadas, no habría durado ni treinta segundos. Los grupos de estudiantes y docentes los habrían acusado de incitación al odio. La Administración les habría retirado toda financiación y habría ordenado su cierre.

La reacción pública al atentado en París ha puesto de manifiesto que hay mucha gente que se apresura a idolatrar a quienes arremeten contra las opiniones de los terroristas islámicos en Francia, pero que es mucho menos tolerante con quienes arremeten contra sus propias opiniones en su país”, afirma Brooks. Y tiene mucha lógica el argumento que esgrime.

Sin embargo, sigo pensando que hay un punto que no se tiene en cuenta en esta ecuación. Muchas de las personas que nos horrorizamos frente a los asesinatos de nuestros compañeros no los vemos como adalides de la libertad de expresión ni los consideramos valientes porque puteaban a Mahoma. El hecho en sí es un crimen de odio y de intolerancia cruel, doloroso hasta la exasperación. Después si quieren hablemos de política, pero antes de eso está la vida de un ser humano asesinado por quien cree que esas cosas se dirimen sólo con una kalashnikov en la mano. No, no puedo y no podré estar nunca del lado de los talibanes ni de Al Qaeda y no creo que eso me haga cómplice del más rancio poder de Occidente. Decir que los caricaturistas franceses asesinados cosecharon lo que sembraron nos vuelve bestias sin corazón. Y yo no soy una bestia sin corazón. Mi corazón, de hecho, está de luto por esta sangre derramada sin ninguna necesidad. Siento tanto, tanto, lo sucedido, como tanta otra gente a mi alrededor. Unos hombres estaban teniendo una junta de contenidos en una redacción y entraron otros dos con armas poderosas, encapuchados, y sin darles ninguna posibilidad de defensa, los asesinaron con una crueldad y cobardías supinas. Eso es lo que pasó. No pasó otra cosa. Pasó eso.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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